Disparidades raciales en la demencia estan determinadas por factores sociales
Un estudio confirma que las diferencias raciales en la función cognitiva no se deben a diferencias en el origen genético
Alex Kornhuber, Global Atlantic Fellow for Equity in Brain HealthLas disparidades raciales en la demencia se deben a determinantes sociales de la salud, sin que el origen genético juegue ningún papel, según un nuevo estudio dirigido por investigadores de la Escuela de Medicina de la Washington University en St. Louis.
El estudio, basado en una encuesta poblacional de larga duración en cuatro países de América Latina, ayuda a explicar por qué las personas de ascendencia predominantemente nativo americana o africana tienen una prevalencia más alta de demencia: los participantes del estudio eran más propensos a experimentar contextos sociales y condiciones de salud que aumentaban su riesgo de deterioro cognitivo, como niveles educativos bajos, residencia rural y factores de riesgo cardiovasculares. Una vez que se tuvieron en cuenta tales factores, el origen genético no añadía ningún riesgo adicional.
“Los grupos raciales y étnicos marginados tienen tasas más altas de demencia en muchos países, y desentrañar los contribuyentes biológicos de los sociales ha sido un desafío”, dijo el autor correspondiente Jorge Llibre-Guerra, MD, profesor asistente de neurología. “América Latina proporciona un marco único para separar los dos. Es la región con mayor diversidad encuanto a mestizaje genético, además de tener profundas desigualdades sociales. Este estudio muestra claramente que la mala salud cognitiva es parte de un legado del sistema de diferencias sociales y raciles. No es el origen genético el que pone a las personas en riesgo. De alguna manera, los hallazgos son reconfortantes, porque los determinantes sociales de la salud son modificables.”
El estudio está disponible en línea en la revista Alzheimer’s & Dementia.
Una vez pensado como una parte natural e inevitable del envejecimiento, el deterioro cognitivo y la demencia han sido cada vez más reconocidos como productos de una compleja red de factores de riesgo que es más probable que afecten de manera desproporcionada a miembros de grupos marginados. En EE. UU., por ejemplo, la demencia es aproximadamente el doble de común en las comunidades negras y 1½ veces más común en las comunidades hispanas, en comparación con las poblaciones blancas. Lo que sigue sin estar claro es cuánto de la mayor tasa de demencia se debe a factores de riesgo modificables vinculados a la marginación, como el nivel educativo y factores vasculares, y cuánto se debe a la susceptibilidad genética asociada con la ascendencia.
El primer paso para desentrañar los roles de los factores genéticos-biológicos y sociales es reemplazar el complicado tema de la identidad racial y étnica con el asunto más simple de origen o grado de mestizaje genético. La raza y la etnia no son categorías biológicas; están definidas por las culturas y sociedades en las que viven las personas, y las definiciones varían según el tiempo y el lugar. El origen genética, por otro lado, es una medida objetiva de la proporción del ADN de un individuo que puede rastrearse hasta una o más grandes áreas del globo — en este caso, África, Europa o las Américas.
Llibre-Guerra y colegas analizaron la relación entre el grado de mestizaje genético, los determinantes sociales de la salud y la función cognitiva utilizando datos de encuestas obtenidos por el Grupo de Investigación de Demencia 10/66 en Cuba, la República Dominicana, México y Perú. El grupo 10/66 se estableció en 1998 para estudiar la prevalencia y el impacto de la demencia en países de ingresos bajos y medios mediante encuestas basadas en la población que están validadas e internacionalmente estandarizadas. El estudio actual utilizó datos de la primera ola de encuestas del grupo 10/66, realizada entre 2004 y 2006. La primera ola marca el comienzo de la recolección sistemática de datos en diversos entornos y proporciona un punto de referencia crítico para todos los análisis posteriores. El grupo 10/66 ha realizado desde entonces dos encuestas de seguimiento y planea continuar expandiendo estas evaluaciones hacia adelante.
Los participantes elegibles fueron encontrados por encuestadores capacitados que llamaron a todas las puertas en áreas designadas, una estrategia diseñada para generar muestras representativas para cada país. Cada participante se sometió a una entrevista, un examen físico, una evaluación cognitiva y una extracción de sangre. Además, los encuestadores entrevistaron a un pariente cercano o amigo de cada participante.
Para el estudio actual, los investigadores analizaron datos desidentificados sobre 3,808 personas de 65 años o más en los cuatro países. Los individuos fueron categorizados como predominantemente de ascendencia africana, nativo americana o europea si el 70% o más de su ADN podía rastrearse hasta el continente respectivo.
Cada país tenía una mezcla única de ascendencias. En México y Perú, el mayor número de personas eran principalmente de herencia nativo americana, seguido por la europea y luego la africana. En Cuba, la mayoría eran de ascendencia europea, seguida por la africana, con menos del 3% de nativo americana. En la República Dominicana, la mayoría de las personas eran de herencia africana, seguida por la europea, con aproximadamente el 10% de herencia nativo americana.
La encuesta reveló que el deterioro cognitivo era más común entre las personas mayores de ascendencia nativo americana o africana que de ascendencia europea. Mientras que el 47.8% de los adultos mayores de herencia europea mostraban algún grado de deterioro cognitivo, el 52.7% de aquellos con ascendencia nativo americana y el 54.9% de aquellos con ascendencia africana mostraban tales deterioros. Una vez que se tomaron en cuenta factores sociales y de salud como el nivel educativo, el estado socioeconómico y la salud cardiovascular, la asociación entre la ascendencia genética y el rendimiento cognitivo desapareció.
“Nuestros hallazgos sugieren que el rendimiento cognitivo está influenciado en gran medida por factores de riesgo sociales”, escribieron los autores en el estudio. “Encontramos disparidades sustanciales en los determinantes sociales de la salud entre diferentes grupos de ascendencia en América Latina, derivadas de desventajas duraderas y racismo estructural arraigados desde el período colonial.”
Los hallazgos del estudio hacen eco de lo que se ha observado en los EE. UU., con grupos marginados experimentando tasas más altas de demencia y desigualdades sociales similares, como un menor nivel de educación y acceso reducido a la atención médica. “Si queremos mejorar la salud cognitiva para todas las personas”, dijo Llibre-Guerra, “necesitamos comenzar abordando estos factores.”
Traducido del inglés por Jorge Llibre-Guerra. Lea este artículo en inglés aquí. Read this article in English here.